Todos los 23 de abril las calles catalanas se llenan de rosas y libros. No solo por el Día Internacional de Libro, celebrado en honor —día arriba, día abajo— al fallecimiento de Miguel de Cervantes, Garcilaso de la Vega y William Shakespeare, sino por la celebración del día de Sant Jordi.
La leyenda cuenta que el caballero Sant Jordi liberó a un pueblo y su princesa del dragón que los atemorizaba. Al caer la sangre del dragón a la tierra brotó un rosal de rosas rojas y brillantes. El caballero ofreció una a la princesa liberada.
Como gesto romántico se siguen intercambiando rosas hasta el día de hoy con parejas y seres queridos. Además, al coincidir Sant Jordi con el Día Internacional del Libro, a la tradición se le añade el intercambio de libros. Barcelona y otras ciudades catalanas quedán así llenas de bancas con rosas y puestos con libros nuevos y de segunda mano. Todo ello fomenta, o eso se espera, al menos durante ese día el fomento de la lectura.
¿Se lee más ahora que antes?
Sobre si leemos más ahora que antes, el debate está servido.
Por un lado, si pensamos en nuestra exposición a textos escritos, podemos afirmar que sí. Hoy en día nos comunicamos de forma escrita por mensajería instantánea, recibimos e-mails de trabajo, navegamos por internet para adquirir productos y nos informamos en medios digitales y sus redes sociales. Aún con el auge de los formatos audiovisuales, en todas las interacciones anteriores sigue prevaleciendo el texto escrito —algo que hay que leer—. Echando la vista atrás, hace 50 años esas interacciones eran orales, a excepción de alguna carta. Cabría preguntarse, no obstante, si la mera exposición a un texto escrito es leer o si por lectura entendemos algo más.
Por otro lado, tenemos a personalidades de renombre del mundo de la literatura —por ejemplo, Arturo Pérez-Reverte— augurando el fin de la novela como género y dictaminando claramente que la población general española no lee o al Gobierno enviando mensajes confusos sobre los hábitos de lectura en España.
Ahora bien, según datos de Eurostat de 2018, España no sale muy bien parada en cuanto a hábitos de lectura. Poco más del 8% de la población afirma que la lectura de libros es su principal ocio.
En cuanto a los minutos de media empleados en leer libros, la encuesta apunta a solo cinco.
Curiosamente, el Eurostat denomina «ávidos lectores» a los estonios, finlandeses y polacos. Su media, incluso siendo muy superior a la española, solo alcanza los 13 y 12 minutos diarios respectivamente.
El fomento estatal de la lectura en España
Tradicionalmente, se ha utilizado el informe de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España desarrollado por la Federación de Gremio de Editores de España. Según este informe, el 67,9% de la población española lee libros y un 64,4% lo haría al menos una vez al trimestre. El informe no deja claro cuánto exactamente lee la población dentro de ese porcentaje. ¿Si alguien lee un renglón de un libro al trimestre entra dentro de la cuenta?
Cabe señalar que el informe denomina lectores a cualquier persona que lea redes sociales, webs, foros, blogs, revistas, periódicos, cómic o libros. Leer, sin embargo, debe ser más que mirar un texto escrito. Leer implica comprender un texto y empaparse de sus estructuras y nuevas palabras, bien sea por pura diversión y para profundizar en un tema concreto.
Desde el Gobierno, como se lleva haciendo desde hace unos años, se presentó en diciembre el Plan de Fomento de la Lectura 2021-2024. En él se establecen 12 desafíos en los que se apuesta, entre otras cosas, por la inclusión de nuevas narrativas (leer un tuit o un hilo de foro será, aparentemente, considerado lectura), por la bibliodiversidad (el problema parece ser que hay géneros literarios poco representados o que el formato audiolibro está discriminado, no que la población esté perdiendo su interés por la lectura) o por la agenda 2030.
En la presentación del plan, el Ministro Iceta dejó, gracias a su forma de expresarse, la necesidad de fomentar la lectura en España.
📹El Ministerio de Cultura y Deporte presenta el Plan de Fomento de la #Lectura 2021-2024
"¿Por qué #LecturaInfinita? Porque infinitas lecturas nos harán infinitamente mejores". @miqueliceta https://t.co/zVMpL3jhki @librolecturagob pic.twitter.com/a0hvS6jtY0
— Ministerio de Cultura y Deporte (@culturagob) December 23, 2021
Crear un hábito de lectura
Datos y planes aparte, crear un hábito de lectura es un eslabón más de una cultura física y saludable. Sumergirse varias horas al día en libros densos probablemente no sea lo más indicado para la mayoría de la población. Las largas jornadas de trabajo y transporte hacia el mismo, junto con la alta disponibilidad de series, vídeos y streamings disponibles, dificulta también destinar tiempo a la lectura.
Empezar con pocas páginas y novelas sencillas y entretenidas será siempre una mejor estrategia. Si se trata de niños, empezar por dar ejemplo como adultos y mostrar la lectura como algo divertido, no como un castigo tras varias horas de tablet. Como apuntado, leer no es solo exponerse a un texto escrito, de esta exposición nos sobra. Leer va a mejorar nuestro vocabulario, expresión y conocimientos; además de ser una actividad entretenida y enriquecedora. Son muchos los beneficios cognitivos de la lectura para mantenerse activos mentalmente e, incluso, para paliar efectos de déficits como el TDAH. Además, nos permitirá desarrollar un mayor análisis crítico de la información y formar una opinión propia.
Libros recomendados desde el equipo de «El Baluarte»
En este medio se han publicado reseñas de libro de todo tipo, desde ensayos hasta ciencia ficción pasando por relato corto. Nada mejor que aprovechar estos días en los que todo gira en torno a los libros y a la lectura para echarles un vistazo. Quizá esto motive a concentrarse en una nueva lectura.
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