El pasado 30 de marzo el mundo del arte amaneció con la puesta en venta de dos obras de Murillo. La quiebra de la Fundación Focus llevó a querer ajustar cuentas mediante la venta de bienes, entre los que se encuentran dos lienzos del sevillano. Años después del “Año Murillo”, la posibilidad de que los lienzos abandonen la ciudad hace saltar las alarmas.
La Santa Catalina, tasada en un millón de euros, y el San Pedro penitente, adquirido en 2014 por Abengoa por seis millones de euros, han pasado a un concurso de acreedores con el fin de saldar las deudas de la fundación. Ambas obras formaron parte del botín del mariscal Soult en 1810 y no fueron recuperadas hasta 2014. En el caso del San Pedro Penitente, la Junta de Andalucía ya blindó su situación, a diferencia de la Santa Catalina. En aquel caso, hubo que esperar al viernes 1 de abril para que la Junta la declarase Bien de Interés Cultural. De esta forma está asegurada la inexportabilidad de las obras, pero no su paso a manos privadas.
🖼️ La @CulturaAND protege como #BIC el lienzo ‘Santa Catalina de Alejandría’ de Bartolomé Esteban Murillo
▪️ La obra, considerada una de las cimas artísticas del pintor andaluz, fue expoliada en 1810 y regresó a la capital hispalense en 2014
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— Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico (@CulturaAND) April 1, 2022
La Junta de Andalucía también estudia adquirir las obras y evitar a toda costa que salgan de la ciudad. La Consejera de Cultura y Patrimonio, Patricia del Pozo, declaró para El Confidencial que “a todo no se puede llegar”, mirando también a las recientes adquisiciones: la Santa María Magdalena de Pazzi de Alonso Cano y un relieve de La Roldana. Afirmaciones a las que hace unos días se sumó el Ministro Iceta, quien no descarta que el Ministerio adquiera las obras.
Pese a que en el foco mediático han quedado los dos lienzos de Murillo, el catedrático Benito Navarrete afirmó para El Diario de Sevilla que era imperativo proteger la totalidad de la colección. Entre la multitud de obras que contempla también hay una Inmaculada y una Santa Rufina de Velázquez, adquirida por la Fundación en una subasta de Sotheby’s.
Hace unos años la ciudad celebró a bombo y platillo el centenario del fallecimiento del pintor. Bajo el nombre de “Año Murillo” se realizaron exposiciones, ciclos y actividades que pretendían ensalzar la figura de Bartolomé Esteban Murillo como un emblema del barroco sevillano. La amenaza de que ese legado abandone la ciudad ha alzado voces críticas que demandan a las Administraciones que no cesen los esfuerzos para que las obras permanezcan en Sevilla. Así lo manifestó el historiador del arte Pablo Hereza en su perfil de Twitter después de que la inexportabilidad de las obras fuera confirmada:
La sociedad civil y las Administraciones se han movilizado: Ya son #BIC y se quedan en #España
La sociedad civil y las Administraciones pueden seguir movilizándose: ¿Se quieren conservar en #Sevilla?#Murillo#SantaCatalina#SanPedro pic.twitter.com/dt8gbJiywR
— Pablo Hereza (@PabloHereza) April 7, 2022