Ayer en el pleno municipal hispalense la conclusión fue clara: Murillo se queda. Todos los grupos políticos con representación consistorial respaldaron la propuesta del PSOE de instar a las administraciones para tomar las medidas pertinentes para salvaguardar las obras de Murillo que salieron a la venta el mes pasado.
Recapitulando, la Fundación Focus, titular de las obras, habría puesto a la venta el San Pedro penitente y la Santa Catalina, ambas obras del maestro sevillano. Aunque la Junta de Andalucía tomó las primeras medidas cautelares, aún se esperaba la acción del Ayuntamiento de Sevilla de cara a su conservación en la ciudad.
De esta suerte, en el pleno celebrado ayer, los grupos políticos aceptaron con unanimidad que Murillo debe quedarse en Sevilla. La unanimidad llegó no sin críticas como la de Miguel Ángel Aumesquet, portavoz adjunto de Ciudadanos, que apuntó que la Junta ya llevaba meses trabajando para impedir la salida de las obras de Los Venerables. También vertió acusaciones relacionadas con el Metro y la postura del alcalde como “adalid” de éste, después de “años sin hacer nada”. El portavoz del Partido Popular recordó que fue la Junta de Andalucía del PSOE la que “desmanteló” la Casa Murillo para llevar las obras al Museo de Bellas Artes. Como respuesta, la portavoz del PSOE ha lamentado la precampaña de las formaciones y ha recordado que el Hospital Militar pudo abrirse gracias a los fondos del Gobierno central, apuntando a una de las críticas de los populares.
Más allá de las polémicas y discusiones, la responsabilidad de las instituciones no debe quedarse en una foto. El Ayuntamiento de Sevilla sigue “dándose golpes en el pecho” al hablar de Murillo y del éxito que fue el Año Murillo. Éxito tal que se menciona en los planes de turismo antes que al recién homenajeado Valdés Leal.
La importancia de que Murillo “se quede” no debe recaer en la idea romántica de “quedarse en casa”. Murillo hace muchos años que murió, pero el legado que dejó al mundo y a la ciudad lo hacen más vivo que nunca. Es en la conservación del Patrimonio donde realmente se ve el compromiso de las instituciones. A ellas les corresponde la tarea de contribuir al conocimiento y a la conservación de esas obras. Hay que tomar conciencia de que es patrimonio de todos, y al alcance de todos debe quedar.
