Simón Bolívar fue un caudillo hispanoamericano apodado como “El Libertador” quien encabezó la lucha por la independencia de las actuales Colombia, Ecuador, Venezuela, Panamá, Perú y Bolivia; además de ser el instigador del proyecto de la Gran Colombia. En la actualidad su figura goza de muy buena fama y en países como Venezuela o Colombia se ha creado una ideología que lleva su nombre: Bolivarianismo. En Venezuela esta ideología ha tenido una aplicación política y ha conducido a un estrepitoso fracaso, lo mismo se puede decir para con la guerrilla de las FARC en Colombia. En nuestro país su figura es reivindicada por socialdemócratas como Alberto Garzón e Izquierda Unida, hasta por apologistas de la droga como Ska-p (“El Libertador”) o el Nega de los Chikos del Maíz (“12 de octubre día de la vergüenza”). Sin embargo ¿Quién era realmente Simón Bolívar? Para responder a esta pregunta analizaremos dos cartas suyas dirigidas a su general Francisco José de Paula Santander en las cuales le expresa las dificultades encontradas por su ejército en el marco de la Guerra de Independencia Hispanoamericana contra España. Bolívar aprovecha las 2 cartas para despotricar contra los pastusos, nativos del sur de Colombia, departamento de Nariño, localidad de Pasto. Los pastusos se ganaron el repudio del Libertador por ser leales a España y oponerse al proyecto separatista, lo cual les acarreó el odio de este último. Las cartas se dividen en dos momentos: un primer momento el 5 de julio de 1823 a la víspera de un encuentro con los pastusos; y un segundo momento fechado el 21 de julio del mismo año, después de dicho encuentro. Nos podemos preguntar también por la manera en que El Libertador retrata a los pastusos en las dos cartas con la finalidad de desprestigiarlos. En una primera parte veremos la impaciencia que tienen los separatistas criollos de quitarse de en medio a los pastusos; y en una segunda parte hablaremos del perfil que se les da por medio de la descripción, claramente peyorativa.
#AHORA Seamos como Hugo Chávez, como el Ché, como Fidel, como Cristo, como Simón Bolívar, seamos luz para iluminar con luz propia, sin egoísmos, sin ambiciones bastardas, ubicando lo colectivo por encima de lo individual #ElEsequiboEsDeVenezuela #viral @rhm1947 @NellyPSUVYa pic.twitter.com/U9fqKqWTPP
— Tropa Digital Pablo Úbeda🇳🇮 (@TPU19J) February 26, 2021
Los pastusos se caracterizaron por su lealtad a la Corona Española por sus propios intereses: preservación de su identidad cultural por medio de un estilo de vida comunitario sin mezclarse con nadie – fenómeno que se puede observar a día de hoy en países de mayoría indígena como Guatemala o las famosas comarcas de Panamá – , y la conservación de sus tierras. Asimismo no sentían confianza en la clase criolla y temían que éstos últimos pudieran arrebatarles su modo de vida en caso de que la provincia de Nueva Granada se independizara totalmente de la metrópoli. Cabe destacar la importancia estratégica de la provincia de Pasto al ser el nexo de unión con la provincia de Quito, en el Ecuador, a 212 km escasos. Los pastusos representaban el principal obstáculo al proyecto separatista liderado por Bolívar, lo cual explica su impaciencia a la hora de acabar con ellos. Dicha impaciencia se refleja al principio de la primera carta “No tengo tiempo para hablar a usted de las cosas de Lima ni de los pastusos, porque no estoy para comentarios, sino para acometer.”
Podemos sentir en la carta de Bolívar no solo su impaciencia sino una clara intención de eliminar a esta población, mayoritariamente indígena, a fin de llevar a cabo su proyecto separatista de la Gran Colombia. No se observa en el autor una voluntad diplomática para con los pastusos, sino todo lo contrario “no estoy para comentarios, sino para cometer” valga la redundancia. Bolívar menciona a su interlocutor que padece de locura – posiblemente fruto de la impaciencia – y que compara con la de su mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre: “Sucre loco, como él dice, y este Quito es otro Callao, y yo otro Sucre.” Este último se encargó de cometer crímenes contra los pastusos como los que tuvieron lugar durante el hecho trágico que pasó a la historia como la Negra Navidad, un evento traumático que se saldó con el asesinato de casi medio millar de pastusos y mil desplazamientos forzosos. Todo lo anterior bajo las órdenes del Libertador. Es posible que Bolívar se refiera también al enojo que siente con respecto a los pastusos con la frase que dice “Estoy como el sol, brotando rayos por todas partes”.
La carroza ganadora de estos carnavales es El Colorado, una representación de lo qué pasó en la Navidad Negra, Bolívar y el General Sucre masacrando pastusos injustamente el 24 de diciembre de 1822, nunca se olvidará en Pasto que Bolívar no es nuestro libertador. pic.twitter.com/ndc98D2GW3
— Esteban (@Estewatt) January 8, 2018
Cabe resaltar el matiz de «cruzada» que adquiera la Guerra de Independencia «bolivariana» en la que el autor remite a don Pelayo: “cada uno muestra defender de mas cerca del gran Pelayo. Cada uno se obstina más y más contra el hado inexorable: los españoles verdaderamente es contra el hado que comparten, nosotros contra los rivales del hado, lo que viene a ser lo mismo.” En efecto Bolívar esta santificando su guerra contra España, su “cruzada”. La guerra contra los pastusos es una guerra en la que se enfrentan el hado – la divinidad encarnada por los separatistas – y aquellos que están en contra los designios de la divinidad, es decir, los indígenas pastusos y los españoles. Y para terminar, el autor de la carta solicita refuerzos para la batalla que le aguarda al día siguiente contra los nativos de Pasto. El hecho de que esté solicitando fuerzas es inquietante porque evidencia la fuerza de los últimos, y el obstáculo que representan al proyecto de independencia: “Pero digo por última y milésima vez que si usted no me manda 3.000 colombianos viejos, para defender y reconquistar al sur de Colombia, la guerra de América se va a prolongar infinito,”
Si bien en la primera carta encontramos elementos que nos permiten hacernos una idea de lo que “El Libertador” pensaba de ellos, es con la segunda que el autor despotricara a su antojo contra los pastusos. Así, en la primera carta podemos observar lo siguiente: “ha de saber usted que los pastusos y Canterac son los demonios más demonios que han salido de los infiernos. Los primeros no tienen paz con nadie y son peores que los españoles, y los españoles del Perú son peores que los pastusos.”

Cuadro de Bolívar.
Podemos ver que Bolívar trata a los pastusos y a los indígenas como demonios. Esto se debe a que muchos de ellos no quisieron sumarse al proyecto separatista de Bolívar sino que prefirieron seguir siendo leales a España por diversas cuestiones: comunitarias y multiculturales por un lado, y religiosas, ya que éstos eran muy católicos. El autor por tanto los describe como si éstos fueran un obstáculo para el progreso de la región. Tanto es así que en la carta n°2 se observan muchos elementos que denotan ese desprecio. Así podemos ver nada más empezar la segunda carta que el autor se alegra de su destrucción:“Logramos, en fin, destruir a los pastusos.”
Los pastusos son descritos también como seres infernales, como lo peor que se puedan encontrar los separatistas autodenominaos patriotas: “Yo he dictado medidas terribles contra este infame pueblo”, “importancia de ganar esos malvados…es preciso destruirlos hasta sus elementos.” Bolívar se refiere a los pastusos como un pueblo enemigo y pone de realce sus cualidades, reconoce que los pastusos son un pueblo problemático que no solo dio problemas a los españoles durante la conquista, sino que está volviendo hacer lo mismo en las guerras hispanoamericanas de independencia, que podrían ser interpretadas como una suerte de “Reconquista” contra España: “Desde la conquista acá, ningún pueblo se ha mostrado más tenaz que ese.”
García del Junco: “Ningún imperio a lo largo de la historia se había dedicado a aprobar leyes en defensa de los naturales del país descubierto y/ o conquistado. Y, en esto, jugó un papel principal la Iglesia pues fue la primera que planteó la moralidad de la conquista de América” pic.twitter.com/eRT4GlkVZB
— Darío Madrid (@Dario_Madrid_F) January 19, 2020
Para concluir podemos decir que las dos cartas presentan a los pastusos como un pueblo problemático que se opone al presunto progreso encarnado por los libertadores separatistas hispanoamericanos liderados por Bolívar. Estos pueblos originarios no solo estaban opuestos a su proyecto independentista sino que fueron leales a la Corona Española, lo cual les valió ser desprestigiados y tratados de forma horrible por el ejército bolivariano – como el episodio trágico de la Negra Navidad por ejemplo-.
Las consecuencias de la campaña de odio llevada a cabo por el Libertador para con los pastusos se pueden sentir a día de hoy en Colombia. Estos últimos son objeto de múltiples burlas y discriminaciones. Tienen muy mala fama en el país hispanoamericano y se dice de ellos que son unos brutos. La lealtad a nuestro país nunca salió tan cara para estos grandes olvidados de la historia y de la posmodernidad. Volviendo a la pregunta del principio: ¿Quién era realmente Simón Bolívar? Además de ser un asesino y un racista, un santo desde luego no era ya que sus pretensiones imperialistas eran igual de evidentes que los enemigos que decía combatir. La santificación de Bolívar por los europeos – especialmente en nuestro país – y la condena del 12 de Octubre y la Hispanidad obedecen clarísimamente al mito de la Leyenda Negra Española contra el cual todo patriota español que se precie tiene el deber de combatir.
Nuevo vídeo de Roberto Vaquero sobre el #12deOctubre y la Hispanidad.https://t.co/vtjO7Ds09S
— Fermín Turia (@fermin_turia) October 12, 2020