El Ministerio de Igualdad hizo público la semana pasada el borrador de la Ley Trans, una de las leyes que el acuerdo de coalición entre PSOE y Podemos contemplaba crear para “asegurar la garantía de derechos de colectivos vulnerados”. Esta Ley no sólo se posiciona frente a la antigua ley de cambio de sexo registral de 2007, sino que también trata sobre otros aspectos como las actividades deportivas.
Según los primeros puntos del artículo 39 sobre las medidas en ámbito deportivo, en las competiciones deportivas se permitirá participar a las personas de acuerdo con su identidad, “sin que puedan realizarse en ningún caso pruebas de verificación de sexo”. Es decir, que no se realizará ningún seguimiento de los tratamientos hormonales o similares que se suelen establecer en los reglamentos para “permitir una igualdad competitiva entre un cuerpo masculino y uno femenino”.
Actualmente el Comité Olímpico Internacional (COI) establece en 10 nanogramos por mililitro de sangre el límite superior de testosterona de participantes en la categoría femenina (algunas federaciones establecen sus propios límites en un rango menor). Aún así, quedan otras variables biológicas como la memoria muscular, la capacidad pulmonar o la densidad ósea, que no está del todo claro cómo ponderar en cuanto a rendimiento ni como regularlas en búsqueda de un juego más justo, y por tanto estos límites hormonales ni siquiera aseguran en su totalidad la igualdad de condiciones entre personas de distintos sexos. Según la nueva Ley Trans estos controles no se podrían plantear bajo ningún concepto.
[HILO] La ley trans de Irene Montero permitirá a los hombres entrar en el deporte femenino con tan solo una declaración.
¿TOLERANCIA O DISCRIMINACIÓN? pic.twitter.com/v9JOoeRM1w
— Fermín Turia (@fermin_turia) February 3, 2021
Finalmente, en el punto 4, se especifica que la aplicación de esta ley no se extendería a competiciones internacionales y sus propios reglamentos y normas, por tanto, sería de aplicación obligada solo en ámbito nacional, aunque no deja libertad para las propias federaciones de cada deporte a establecer sus propias especificaciones.