El pasado 1 de febrero, el ejército de Birmania, también llamado Tatmadaw, realizó un golpe de Estado contra el gobierno presidido por Win Myint. De esta forma, los propios militares pasaron a gobernar el país, siendo el jefe de las fuerzas armadas, Min Aung Hlaing, el líder del estado. Los siguientes tres meses desde entonces, las principales ciudades de Myanmar fueron testigos de movilizaciones en repulsa del golpe de Estado militar. La represión se fue recrudeciendo, por lo que los manifestantes comenzaron a improvisar su propio armamento, rifles, tirachinas, escudos y barricadas.
En los barrios periféricos y zonas industriales, es donde la resistencia al nuevo gobierno fue dura. Tatmadaw llevó a cabo varias masacres, donde al menos 800 manifestantes fueron asesinados. Desde entonces, los grupos de resistencia han sido menos visibles, pero han sabido adaptarse a las condiciones que vive el país. Durante el mes de mayo, la estrategia ha consistido en protestas rápidas fuera de las principales vías públicas, por lo que ya no suponen una amenaza a nivel económico. No obstante, quieren hacer ver que aún existe oposición al golpe, apelando también a los organismos internacionales. También se hacen llamamientos a la lucha armada de las Organizaciones Armadas Étnicas y del Gobierno de Unidad Nacional. Organizaciones erigidas como la oposición oficial al nuevo gobierno de la Junta Militar.
Dos son los principales planes de los militares para poder reactivar la economía del país. La apertura de las escuelas y del año escolar y la reapertura del sector industrial. Respecto a la apertura de las escuelas, se ha conseguido un extenso boicot por parte del Movimiento de Desobediencia Civil. La federación de profesores calcula que el 90% de los alumnos ha participado del mismo. En el único lugar donde ha “fracasado” el boicot, podría decirse que es en el Estado de Rakhine, donde no ha existido. Esto se debe a que en Rahkine se está construyendo un movimiento nacional propio, que busca tomar una mayor autonomía de la propia Myanmar. Es por ello que no apoya ni al nuevo gobierno salido del golpe, ni al Movimiento de Desobediencia Civil.
La junta militar de #Birmania boicoteó, con el corte de la señal de internet en el país, la primera rueda de prensa del autodenominado Gobierno de Unidad Nacional, formado por políticos y activistas prodemocráticos contrarios al régimen de los uniformados.
— CVCLAVOZ (@CVCLAVOZ) June 4, 2021
Junto al boicot escolar, las nuevas células que forman parte de la guerrilla han tratado de alterar el orden y de sabotear los planes del Tatmadaw. En el mes de mayo, han realizado más de 100 ataques, incluyendo la colocación de bombas y asesinatos selectivos. Aseguran que el primer objetivo a corto plazo es asegurar la seguridad y por lo tanto clandestinidad de la organización. El segundo propósito, a largo plazo, es el de preparar un conflicto armado abierto donde se instigue un levantamiento contra la Junta Militar. Eso sí, son numerosos los obstáculos con los que se encuentra y encontrará la guerrilla, debido a la descoordinación del propio Gobierno de Unidad Nacional.
