El pasado domingo día 11 de enero, algunos ciudadanos cubanos salieron a protestar contra el actual gobierno de la isla. El presidente, Díaz Canel, compareció en la televisión nacional para intentar justificar la labor de su gobierno ante las convocatorias. Aludió al empeoramiento de la situación de la pandemia en el país, y a que había varias fracciones en dichas protestas. Diferenció a la “gente del pueblo” que expresaba “insatisfacciones y buscaba una explicación” y cabecillas “manipuladores” que buscaban dividir Cuba.
La actual coyuntura en la que se haya Cuba ante la pandemia es “difícil”, como dijo el presidente. En palabras del propio Díaz Canel, “ha generado insatisfacciones que no hemos podido solventar”. Dicha situación ha sido aprovechada “para fracturar la unidad entre Partido, gobierno y pueblo”, afirmaba el propio presidente. En varias ciudades se han dado manifestaciones contra la gestión del gobierno, al grito de “libertad”.
Por otra parte, y en respuesta a las manifestaciones mencionadas, se organizaron movilizaciones “en defensa de la Revolución”. Los manifestantes afirmaron “responder a las provocaciones y defender el modelo político y social de Cuba”. Ante esta situación, se ha desatado una guerra a nivel de medios de comunicación y redes sociales en todo el mundo, sobre todo en el de habla castellana. Defensores de ambos bandos, oposición y gobierno, han hecho declaraciones y han entrado en una batalla por el testigo de la verdad.
Cuba posee un clima de tensión constante. Por un lado, la Asamblea general de la ONU, volvió a instar a Estados Unidos a terminar con el bloqueo económico de la isla. Por otro, la vacuna contra el covid, Soberana 02, ha sido aceptada por el Instituto Pasteur de Irán. La misma posee una eficacia del 100% contra los peores casos de covid-19, pero por desgracia la población cubana no ha sentido dicho efecto. La falta de suministros, ha hecho que el domingo se alcanzara un récord de contagios, 7000 nuevos casos.
Es por lo tanto muy claro que, ante la tensa y difícil situación económica y social de la isla caribeña, ambos sectores se están intentando defender y atacar mutuamente. El gobierno, intenta esquivar los golpes del imperialismo americano, la oposición y la propia pandemia. Mientras tanto, quienes están en su contra, dentro y fuera del país, intentan aprovechar esta dura situación en forma de arma arrojadiza.
