Este fin de semana, ha tenido lugar para los religiosos musulmanes la llamada Noche del Destino. Está la noche más importante del periodo de Ramadán. Por ello, alrededor de 90.000 palestinos se congregaron en la mezquita de Al Aqsa, uno de los lugares santos del Islam.
Todo el fin de semana ha estado marcado por los enfrentamientos entre israelís y palestinos. Dejando un saldo de alrededor de 200 heridos el viernes, y 90 el sábado. Los primeros estragos han surgido por parte de grupos nacionalistas judíos, que salieron por las noches a causar estragos y disturbios, así como a perpetuar agresiones contra los palestinos que encontraran.
Sin embargo, el clímax del conflicto se ha dado con la irrupción de las fuerzas policiales israelís en la mezquita de Al Aqsa durante la celebración del ramadán. Esta provocó que algunos asistentes se enfrentaran a las fuerzas policiales, que acabaron lanzando granadas aturdidoras y gases lacrimógenos en la instalación
Así mismo, un cohete procedente de la franja de Gaza cayó por la noche en Israel, pero no causó ningún daño. En represalia, Sin embargo, esto provocó que el ejército de Israel atacara un puesto militar de Hamás, aumentando las tensiones.
A los disturbios interiores, se sumaron los cientos de palestinos que se manifestaron en la frontera con Israel, como muestra de solidaridad.
El conflicto llegó hasta la Puerta de Damasco enfrentando las piedras y botellas de los palestinos a las armas de la policía israelí, que llegó a abrir fuego. El bloqueo de dicha puerta, fue una decisión tomada al inicio del ramadán, para evitar este tipo de situaciones, pero que ha terminado causando el efecto contrario.
Estos enfrentamientos no tien precedente desde la Segunda Intifada (2000-2005). Por ello, Hamas, partido político y unos de los principales dirigentes de la lucha Palestina, que se considera yihadista, ha comunicado a los palestinos que no están solos, y han reivindicado estos actos como una “tercera intifada”.
Por su parte, Benjamin Netanyahu declaró: “Impondremos la ley y el orden de manera firme pero responsable y continuaremos salvaguardando la libertad de culto para todas las religiones, pero no permitiremos protestas violentas”. Es decir, que están dispuestos a continuar con su política genocida a cualquier precio, llevándose por delante a tantos palestinos como sea necesario.