En el último mes, la tensión entre España y Marruecos se ha mantenido en un estado de alta tensión. Desde que saltara la noticia de que el presidente de la RASD, Brahim Gali, fue hospitalizado en Logroño, las declaraciones de Marruecos fueron muy claras. El país gobernado por la monarquía aluita, pronto mostró su malestar con respecto al gobierno español. Tras semanas de declaraciones, finalmente Marruecos llevó a cabo un ataque para desestabilizar a España, usando la vida de migrantes y dejándoles pasar la frontera en Ceuta. Es por todos conocido, que el país norteafricano usa la inmigración como arma política, y este fue un claro ejemplo.
Mientras Marruecos muestra constantemente su beligerancia contra los países de su alrededor, España sigue mostrando un talante conciliador. En una reciente entrevista para el medio La Vanguardia, la ministra de Asuntos Exteriores, Arantxa González Laya, dio muestras de dicha conciliación. “Vamos a trabajar para que se cree un espacio de confianza desde el cual se pueda reconducir la relación”, afirmaba Laya acerca de la situación actual entre ambos países.
La cuestión del Sáhara es una de las causas de estas tensas relaciones. Mientras que algunos países de la Unión Europea, como por ejemplo Alemania, sí que se han posicionado contra la ocupación del Sáhara Occidental, el gobierno español sigue eludiendo su responsabilidad. Según declaraciones de la ministra Laya “Entendemos perfectamente que Marruecos tiene una sensibilidad muy grande sobre este tema…Nosotros deseamos una solución negociada en el marco de las Naciones Unidas”. “Estamos dispuestos a considerar cualquier solución que Marruecos proponga, teniendo en cuenta que no le corresponde a España la mediación”, afirmaba Laya. De esta forma, niega las obligaciones de España como potencia administradora del territorio. El Ministerio de Exteriores, está obviando además la responsabilidad histórica de España con el pueblo saharaui.
La segunda cuestión más conflictiva en este asunto es el control fronterizo. Tanto el gobierno español como la Unión Europea pagan al reino marroquí para llevar a cabo dichas tareas. Además del dinero, también se donaron armas por valor de 30 millones de euros, supuestamente enviadas para labores de vigilancia. Labores que no sólo son obviadas, sino que es el propio gobierno marroquí quien fomenta el flujo de migraciones según sus intereses políticos. En el siguiente vídeo del canal de Formación Obrera pueden verse declaraciones quienes trafican con esta situación.
Las declaraciones y continuas medidas del gobierno de España van en una dirección, mientras que las de su vecino norteafricano van en la contraria. Con el arma arrojadiza de la inmigración, Marruecos controla la estabilidad política exterior de España y Europa. Mientras tanto, la ministra Arantxa González Laya, habla de confianza con Marruecos y se desentiende del conflicto con el Sáhara.
