Israel ha anunciado que construirá una granja en Azerbaiyán, concretamente en el distrito de Zangilan, territorio conquistado a Armenia en la guerra del Alto Karabaj. A priori, esta noticia parecería que no tiene interés o relevancia alguna, pero detrás de esta aparentemente inofensiva granja, se esconden respuestas a muchas preguntas planteadas durante la guerra.
En primer lugar, Israel se posiciona con este acto abiertamente del lado de Azerbaiyán. Las relaciones con este país, y su socio preferente, Turquía ya eran más que evidentes. Sin embargo, tras el apoyo nominal por parte de estos últimos a Palestina, había quien pensaba que se podrían haber recrudecido sus relaciones. Nada más alejado de la realidad.
Esto refuerza la unión, no solo política y militar, si no también discursiva, en la legitimidad de las conquistas de territorios supuestamente “liberados”. Ya durante la guerra se fotografío material bélico israelí en el bando azerbaiyano, pero este acto, ha resultado un apoyo implicito.
El bloque afín estadounidense se demuestra cohesionado, a pesar de los recientes conflictos que amenazaban con desestabilizarlo en Palestina. El objetivo formal de la granja será, a parte de generar beneficio económico, asentar la dominación azerí en la zona, y formar en los avances tecnológicos que se aplicarán a los técnicos de Azerbaiyán.
