El pasado 30 de Marzo, BioNTech, la compañía tras la vacuna de Pfizer, publicaba su informe anual del ejercicio 2021 a la Securities and Exchange Commision (SEC) estadounidense sobre el estado de la compañía y las previsiones a futuro para sus inversores y accionistas.
En él, la compañía revela una serie de incertidumbres de cara al mercado de vacunas hasta 2029. La dificultad de garantizar la efectividad de las dosis de Pfizer ante nuevas cepas de COVID-19, sumado a los posibles efectos secundarios y una serie de riesgos de gestión en la propia empresa, podrían afectar a los contratos firmados hasta finales de década.
BioNTech al descubierto
El informe “contiene sentencias prospectivas que conciernen a nuestro negocio, nuestras operaciones y la actuación empresarial y situación financiera, así como nuestros planes, objetivos y expectativas para estas operaciones”. Rápidamente estas predicciones se ven oscurecidas por un aluvión de interrogantes de corte financiero y sanitario.

Extracto del informe anual de BioNTech para 2021. Página 4.
La compañía proporciona una lista de factores que podrían afectar a estas predicciones, entre las que se encuentran “los ingresos y beneficio neto de la venta de vacunas”, “la medida en que la vacuna de COVID-19 siga siendo necesaria en el futuro”, “el interés en continuar la investigación para nuevos productos” o “problemas de seguridad no previstos” de cara a provocar daños en la salud de las personas, o incluso la muerte.
En concreto, la sección D de Información clave de la primera parte del informe, referida a Factores de riesgo, ofrece un listado más detallado aplicado a la situación real de la compañía. Las páginas 6 y 7 señalan los elementos que la compañía estima que pueden llevar a no cumplir las predicciones descritas más arriba.

Extracto del informe anual de BioNTech para 2021. Página 6.
Destacan tres aspectos en materia de salud. En concreto, la compañía reconoce que “podrían no ser capaces de demostrar suficiente eficacia o seguridad con sus vacunas COVID-19 o fórmulas específicas para cada variante que otorguen la aprobación regulatoria de los Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, así como otros países.” También se resaltan los “riesgos sustanciales asociados a la regulación de medicamentos basados en ARN mensajero”, que es la base de la vacuna de Pfizer, por “la reducida experiencia” en esta materia.
Adicionalmente, se expresan temores sobre la capacidad de decisión dentro de la compañía, reconociendo que “nuestros accionistas mayoritarios y nuestra dirección poseen un porcentaje significante de las acciones y podrían ejercer un control significativo en materias sujetas a aprobación por junta de accionistas.”
De igual modo, se revela una debilidad a la hora de ejercer el control interno sobre los informes financieros que, si no fuera remediada, podría impedirles “informar sobre los resultados financieros de forma acertada o prevenir el fraude.”

Extracto del informe anual de BioNTech para 2021. Página 7.
Estos factores de riesgo y debilidades se desarrollan a lo largo del documento, de hasta 700 páginas. Se señalarán a continuación algunas de las observaciones más inquietantes, que cuestionarían no sólo la viabilidad económica y gestión de la compañía, sino los efectos en la salud derivados de esta gestión.
Riesgos para la salud
La vacuna de COVID-19 de BioNTech fue aprobada para uso de emergencia, tal como recoge el informe. Sin embargo, su uso está siendo generalizado y para varias cepas del virus SARS-CoV-2. Inicialmente en una dosis, la Agencia de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó una dosis de refuerzo para mayores de 65 años, personas de riesgo y trabajadores expuestos al virus que hubieran recibido la primera dosis de forma temprana. Esto fue aprobado también para las vacunas competidoras Janssen, de Johnson & Johnson, y Moderna.
Those who received #Pfizer-BioNTech as their primary series 6+ months earlier are eligible for a booster if they are:
➡️ 65+ years old, or
➡️ 18-64 years old at high risk of severe COVID-19, or
➡️ 18-64 years old with frequent institutional or occupational exposure to SARS-CoV-2— U.S. FDA (@US_FDA) October 20, 2021
Pese a que las dosis subsiguientes sólo elevaban la efectividad contra el virus en un porcentaje pequeño, ahora la vacuna de Pfizer se ofrece con hasta dos dosis de refuerzo sobre la inicial. La administración de estas dosis de refuerzo ha sido en muchos casos un requisito obligatorio para trabajar y desplazarse, acorde a la normativa de cada país. El hecho de que los ingresos de compañías como BioNTech vengan predominantemente de la venta de vacunas ha despertado críticas sobre el objetivo real de las dosis adicionales.
Algunas legislaciones habrían ido más lejos. En Israel, por ejemplo, recomendaron una cuarta dosis adicional que fue aprobada por el Ministerio de Salud en diciembre de 2021. Cabe recordar que el propio gobierno israelí llevó a cabo una política segregacionista en materia de vacunación con los palestinos. Esto contrasta enormemente con la actitud respecto de las vacunas para con sus ciudadanos y colonos.
Israel se convierte así en el primer país en ofrecer una cuarta dosis de la vacuna https://t.co/GXoAeyS2Fu
— BBC News Mundo (@bbcmundo) December 31, 2021
Por si fuera poco, el informe de BioNTech expone que un uso a esta escala podría dar lugar a “problemas no contemplados, no anticipados, o que no fueron tan prevalentes o severos en los ensayos clínicos” iniciales. Esto podría dar lugar a “severas adversidades cada tiempo”, con el consecuente impacto en la imagen y credibilidad de la compañía.

Extracto del informe anual de BioNTech para 2021. Página 9.
BioNTech reconoce que podrían no ser capaces de adaptar la vacuna de COVID-19 a las múltiples variantes de SARS-CoV-2. De cara a la aprobación de la vacuna para uso generalizado, saltan las alarmas que señalan una posible incoherencia entre los resultados iniciales presentados por la compañía para recibir la aprobación y los ensayos clínicos más generalistas realizados a posteriori.

Extracto del informe anual de BioNTech para 2021. Página 12.
Riesgos para el negocio
La compañía se ve rodeada por un cúmulo de incertidumbres y problemáticas en materia de salud financiera y estructura operativa. La lucha extramuros es especialmente feroz, pues reconocen que “la mayoría de nuestros competidores disponen de recursos significativamente mayores”. Esto les podría llevar a “no competir de forma satisfactoria.” BioNTech señala que podrían necesitar una “sustanciosa financiación adicional” para poder cumplir los objetivos impuestos.
Respecto a la capacidad de crecimiento y expansión de la compañía, destacan la importancia de sacar nuevos productos al mercado, con su correspondiente aprobación. La reputación de la empresa depende de los escándalos relacionados con sus productos, los cuales no niegan a priori. A esto se suma la situación en el mercado respecto a la competencia, como se deja claro en el informe para los potenciales inversores.
BioNTech ingresó 18.976,7 millones de euros en 2021, año en que se comenzó a comercializar la vacuna de Pfizer a gran escala. Esto supone un ingreso casi 40 veces superior al del ejercicio del año anterior. De estos ingresos, 10.292,5 millones de euros fueron de beneficio neto. La pandemia ha proporcionado a las farmacéuticas unas ganancias sin parangón, en lo que parece haber sido un negocio lucrativo pero temporal.

BioNTech, ingresos y beneficios. De: https://investors.biontech.de/news-releases/news-release-details/biontech-announces-fourth-quarter-and-full-year-2021-financial
La relajación de las medidas y la desconfianza en la gestión de la crisis sanitaria tampoco ofrecen buenas perspectivas a las compañías. Gran parte de la población ya ha sido vacunada con al menos una dosis, y la mortalidad se ha reducido notablemente. BioNTech tiene, además, acuerdos de venta y distribución, así como complejos y activos en propiedad, fechados para uso hasta 2029. Esto que genera incertidumbre sobre la salud de la compañía en los 7 años venideros.
