La que viene siendo la huelga más mediática de los últimos años en Euskadi cumple ya 70 días en paro de producción total. Los trabajadores de Tubacex de las plantas de Llodio y Amurrio se plantaron ante la dirección de la empresa en el mes de febrero. La causa: declaración de 129 despidos de entre los alrededor de 800 empleados.
La dirección de la empresa argumenta que todo se debe a las grandes pérdidas acumuladas en los últimos dos años, hasta 25,3 millones de euros. Junto a la actual crisis económica del covid-19, se suma la ola de transición energética de los últimos años. Puesto que la empresa se especializa en tubos para la industria del oil&gas.
Hace sólo cinco días, cuando la huelga alcanzaba los 65, Tubacex remitió una carta a los distintos responsables institucionales vascos. En ella expresaba su “firme compromiso con el país” y que durante meses “ se ha tratado de evitar los despidos”. También se aludía a que la situación de las plantas es insostenible en el contexto actual.
No obstante, cuando se pregunta a los trabajadores y al comité de empresa, aseguran que Tubacex es sostenible, y que las pérdidas aludidas eran falsas. “Todo entra dentro de trucos de ingeniería financiera que tienen ellos, cargando los gastos a diferentes empresas del grupo” afirmaron en la manifestación de Bilbao del día 11 de abril. Sin conocer la situación de primera mano, es una estrategia de declaración de ingresos y pérdidas bastante común en todo tipo de corporaciones hoy en día.
Otro de los aspectos más polémicos del asunto, es el accionariado por parte del Gobierno Vasco en Tubacex. El ejecutivo figura entre los cuatro accionistas mayoritarios de la empresa, habiéndose beneficiado durante años de los ingresos de la misma. Sin embargo, cuando los trabajadores realizan marchas al Parlamento de Vitoria para intentar buscar una solución que no contemple los despidos, no obtienen diálogo. Por el contrario, han sido múltiples las ocasiones en que la policía autonómica vasca ha cargado de forma indiscriminada contra quienes hubiera allí.
La seguridad de quién? Los únicos que estábamos en peligro estamos nosotros, y más que defendernos, nos han apaleado. Y si, son profesionales, pero del mamporreo.
Se te debería caer la cara de vergüenza.#TubacexBorrokan pic.twitter.com/wGiKlSpCzO— TUBACEXenLUCHA (@tubace_xen) April 16, 2021
Las imágenes se han repetido de forma bastante habitual, ya sea en las calles de las grandes ciudades vascas, como en las proximidades de la propia empresa. Allí se ha visto como los cuerpos de la Ertzaintza han tratado de disolver en repetidas ocasiones los piquetes organizados por los trabajadores.
Lo que también es cierto es que el ejemplo de la plantilla ha sido impoluto. Paro total de la producción desde el primer día de la huelga. Constantes muestras de solidaridad entre ellos y mutuamente con otras plantillas en situaciones similares. Y por encima de todo, el seguimiento de sus principios hasta el final, ya que se afirmó que “o todos o ninguno”. El pasado jueves día 15 de abril, se hicieron oficiales los 129 despidos, no obstante su lucha sigue, hasta lograr revertir dicha decisión y que todos puedan volver a su puesto de trabajo.
Día 63 de huelga de los trabajadores de Tubacex en protesta por un ERE, aquí en las barricadas.
0 minutos, 0 páginas en los medios.
— GlobalRevolution🏴 (@NiEstatNiRei) April 14, 2021
Afirman que la situación es cada vez más dura y que el fondo de la caja de resistencia cada vez está más cerca, pero la voluntad sigue siendo férrea. En los próximos días y meses se verá si la huelga ha llegado a buen puerto, o si finalmente no ha servido para evitar los despidos. Pase lo que pase, ya han marcado un antes y un después en el movimiento obrero.