La desigualdad es uno de los factores comunes más notorios aunque también más silenciados en las grandes ciudades españolas. Fruto de las contradicciones del propio sistema y agudizada por las grandes crisis económicas, cada más comunes. Fruto de la crisis del coronavirus, las diferencias entre clases se han visto todavía más acrecentadas.
Ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla o Bilbao, son claros ejemplos de cómo la realidad de los barrios obreros y abandonados es cada vez más alejada de la de los barrios más acaudalados. Centrándonos en la capital de Aragón, los datos son un claro reflejo de la realidad, aunque en ocasiones se quedan incluso cortos.

Renta media por persona en los barrios de Zaragoza. Fuente: Heraldo de Aragón.
En un par de artículos publicados en el Periódico de Aragón durante este año, se mostraban pruebas de este fenómeno. La base de los mismos son los informes de Hacienda sobre la recaudación del IRPF según los diferentes barios de la ciudad. Allí se afirmaba: “La renta media bruta entre el barrio más adinerado y el más humilde prácticamente se duplica”.
En el caso de la ciudad maña, en barrios como Casetas, Delicias o Torrero las ganancias anuales por persona no pasan de los 23.000 €. Mientras tanto, en barrios de Casablanca, Oliver o el Casco sobrepasan holgadamente los 40.000 €. Ante la inminente llegada de la Navidad, estas diferencias son más apreciables que nunca. Mientras la zona comercial y económica de la ciudad disfruta de un dispendio y una espectacular exhibición de luces y decorados navideños, barrios periféricos sufren un total apagón institucional. Entre ellos se ubican Casetas, el más empobrecido, Monzalbarba o Movera.
@zaragoza_es
Parece ser que hay barrios y zonas de primera, segunda y hasta tercera categoría. Así va todo en esta ciudad.— Camasquince (@marisagm62) December 2, 2021
Pero la elevada distancia con respecto al centro de la ciudad no puede servir de excusa ante esta situación de desigualdad. Barrios céntricos como Torrero, las Fuentes o San José poseen grandes problemas como escasez de vivienda y falta de oportunidades laborales y educativas. Problemáticas comunes a las de centenares de barrios españoles, las cuales desencadenan en la proliferación de la marginalidad, las casas de apuestas y la prostitución en muchos casos.
Ante esta situación, ni el gobierno regional de Lambán ni el municipal de Azcón, han sido capaces de elaborar medidas para afrontar la situación. Ni siquiera de realizar un análisis de la misma, a partir del cual comenzar a trabajar y a intentar reactivar la vida de los barrios obreros. Ante estas alejadas realidades, y ante las dos distintas velocidades a las que se mueven los barrios de Zaragoza, las instituciones lo único que han hecho hasta ahora evitar el problema.
