Al igual que ya pasó con el precio de la luz y el gas, el consumidor está viendo como algo normal el que cada día el precio del carburante alcance cifras de récord. El Gobierno, en un intento de paliar esta situación, decidió dar una subvención de 20 céntimos que entró en vigor el pasado 1 de abril y que ha tenido un impacto nulo en el bolsillo del ciudadano. Y es que más del 60% de gasolineras han decidido subir el precio de la gasolina y el diésel después del anuncio de dicha medida. Por tanto, después del “descuento” de 20 céntimos el carburante resulta tener un precio más elevado que antes del anuncio del mismo.
Según datos del INE, el diésel y la gasolina han aumentado su precio en lo que va de año 2022 más de un 45% y de un 33% respectivamente. Culpar solo a la guerra de Ucrania como se viene haciendo es algo tramposo, ya que se puede observar que si bien la curva del incremento de precio se pronunció tras la invasión por parte de Rusia ya venía aumentando de forma significativa desde enero de este mismo año. También es ingenuo, y es algo que se veía venir, suponer que una subvención de este tipo aliviaría el impacto de la subida en el bolsillo de los ciudadanos. En su lugar vemos como rellenar el depósito del coche hoy es más caro, por lo que la subvención a quien realmente ha beneficiado ha sido a los empresarios del carburante.
No es la primera vez que el Gobierno, con el PSOE al frente, toma medidas similares en lugar de atreverse con decisiones que puedan ser realmente efectivas. En 2008, el expresidente Rodríguez Zapatero ya decidió dar un bono de ayuda de 210€ para facilitar el acceso de los jóvenes a una vivienda de alquiler. ¿El resultado? Dueños de pisos decidieron absorber en gran parte dicha ayuda subiendo el precio a los inquilinos. Curiosamente el año pasado el ahora presidente Pedro Sánchez anunció una medida similar, aumentando en este caso la cuantía del bono hasta los 250€ en lugar de emprender medidas audaces como serían fijar un techo de precios al alquiler. De nuevo el dinero de las ayudas va a parar a los rentistas en lugar de a la parte de la población que más está sufriendo la situación económica que se vive en España.
Otro ejemplo claro se ha podido observar respecto a los pecios de luz y gas que está castigando a los ciudadanos desde hace poco menos de un año, y que el pasado mes de Abril alcanzó un precio cercano a los 200 euros/Mwh. En este caso la respuesta que decidió dar el Gobierno fue realizar un descuento en el IVA e impuesto eléctrico sobre la factura. Esto, lejos de una rebaja real en la factura supone una subvención con dinero público a las empresas energéticas. De hecho, una recaudación menor de impuestos supone una menor inversión en servicios públicos por lo que este tipo de medidas, además de ineficientes, son una puñalada al único escudo social del que dispone la gente más necesitada.
No es casualidad que este Gobierno opte por medidas de este estilo en lugar de optar por otras eficientes como pueden ser empresas públicas, la nacionalización de sectores prioritarios o establecer un tope de precios para que sean accesibles para todo el mundo. Más aún exigen al ciudadano que no utilice su automóvil o no encienda el aire acondicionado apelando al ecologismo. Y es que, parece que pese a las siglas, los partidos políticos solo legislan y gobiernan para el capital.
Zeas
mayo 22, 2022 at 3:13 pm
Lo de los precios ya lo decía el científico y divulgador Antonio Turiel. Ya veremos como poco a poco el gasoil se encarecerá mas que la gasolina y por un par de céntimos ya que la producción mundial de diesel esta en caida libre desde hace mas de una decada.