Ayer se dio a conocer la sentencia del Tribunal Supremo que abala la prórroga de la celulosa de ENCE en la ría de Pontevedra hasta el año 2073. La sala de lo Contencioso rebate de esta forma las sentencias en contra de la prórroga emitidas por la Audiencia Nacional.
La sentencia liga la permanencia de la ría con la emisión de informes medioambientales favorables, siendo este el gran punto esgrimido por ecologistas y nacionalistas para su cierre, que se relacionaba con la imagen que existía en la ciudad en el pasado de la celulosa como un mastodonte que emitía vapores y olores molestos para los vecinos. Con el avance del tiempo y las tecnologías de control de vertidos esa imagen ha sido relegada al pasado.
Más allá de las innegables conexiones políticas que la cúpula de ENCE tiene con partidos como el Partido Popular, o todo lo que supone la empresa para el sector forestal gallego, los trabajadores celebran la resolución judicial, ya que significa el mantenimiento de un gran número de puestos de trabajos directos e indirectos.
Precisamente han sido estos trabajadores de la factoría y el sector, a través de su lucha en la calle, logrando arrastrar la simpatía de una gran parte de la ciudadanía pontevedresa, los que más han empujado por el mantenimiento de la pastelera en Lourizán. Movimientos políticos como el Frente Obrero han sido de los pocos que han mantenido su apoyo a os trabajadores desde el inicio de las movilizaciones, acudiendo a las mismas de forma periódica.