Desde el pasado mes, llegaban noticias del posible cierre de la factoría de galletas del grupo Siro en Venta de Baños (Palencia). Sin embargo, un acuerdo reciente seguirá manteniendo a las 4 fábricas de la compañía en activo.
Luego de una serie de complejas fusiones empresariale,s se acabará conformando Cerealto Siro Foods, uno de los mayores grupos industriales de alimentación de España. Esta corporación se encuentra detrás de la marca blanca de la valenciana Mercadona, a quien destina una parte importante de su producción. Siro cuenta con cuatro fábricas en España, tres en Palencia y una en Zamora. En total aglutina a unos 1.300 trabajadores.
Hasta el año 2019, la empresa parecía describir una trayectoria ascendente, hasta que los datos económicos de 2020 informan de unas ventas por valor de 464 millones de euros.Este valor, supondría alrededor de un 20% menos que el año anterior. Además, se da a conocer que la empresa tiene una deuda acumulada de 300 millones de euros.
Esto genera que la empresa ponga en marcha un nuevo plan de viabilidad. En este plan se contemplaba el cierre de la planta de Venta de Baños. Los 200 trabajadores serían trasladados a otras plantas del país, además de sufrir una fuerte reducción salarial. El cierre de la factoría sería un durísimo golpe para la región palentina, que años atrás ya sufrió el cierre de su azucarera. Sumado a esto, la producción cerealística castellana también se vería afectada en este sentido.
Sin embargo, el nuevo plan de viabilidad solo fue aprobado por una de las fábricas de la compañía, siendo rechazado por el resto debido a la fuerte merma de derechos laborales. Los trabajadores alegaban que no entendían por qué se los culpaba por las pérdidas de la compañía, cuando ellos no habían tenido nada que ver con las decisiones estratégicas de la compañía. Es decir, estaban en contra de la habitual socialización de pérdidas.
Ante esta negativa de los trabajadores, los dos inversores (Afendis y Davidson Kempner), que habían decidido inyectar 180 millones en la compañía, acabaron retirando la propuesta. Grupo Siro, cesó la producción y dejó de pagar a sus trabajadores (concretamente la nómina de mayo).
En este punto, la situación del grupo se volvió insostenible. Finalmente el 9 de junio, sonó la campana y los trabajadores votaron la aprobación de un nuevo plan de viabilidad con la mediación del Ministerio de Industria. La introducción de un nuevo inversor (que no ha sido identificado hasta el momento), junto con unas condiciones de viabilidad menos radicales para los trabajadores, fueron las novedades. De esta forma, los trabajadores podrían mantener sus puestos de trabajo, a cambio de sus condiciones laborales y económicas.
Este acuerdo ofrece una solución en extremo precaria pues no establece medidas para revertir la situación y cambiar la dinámica negativa. Lo que está claro, es que los trabajadores no son quienes deban pagar los efectos de la mala toma de decisiones. El gobierno, autodenominado “más progresista de la historia” se desentiende del caso, como viene siendo habitual. La ministra Reyes Maroto no dudaba en señalar que ante la oferta del ministerio solo se encontraba la quiebra de la compañía, y por lo tanto el paro para los trabajadores.
Todos estos sucesos suponen una curiosa paradoja, ya que el modelo que ha seguido el gerente del grupo Siro, fue aprovecharse de las horas bajas de otras compañías para adquirirlas. Éste, Juan Manuel González Serna, quien ya fuera vicepresidente de Iberdrola en los años 90 y 2000 explicaba lo siguiente:
“Donde otros amenazaban con cierres y deslocalizaciones, Siro estaba ahí para estudiar sus posibilidades de crecer y diversificarse, y de mantener el empleo en peligro”.
Parece que González de la Serna y Siro esperan un milagro. Un clavo ardiendo al que atarse, quizás algo parecido al Superman de los empresarios, al estilo Ruiz Mateos. Lo que queda claro, es que el futuro de los miles de trabajadores, está en juego y les importa bien poco.
Despierta
junio 24, 2022 at 6:37 pm
Lo que falta en este artículo es el papel que ha jugado la Junta de Castilla y León en todo esto… Ah, que es NINGUNO. Efectivamente, se ha puesto de lado, dejando solos a los trabajadores (justo lo contrario que con la actitud de subvenciones sin control al empresario… Qué bonito el monasterio de la fundación Siro en Cevico Navero). Un (des)gobierno autonómico que sólo sale al terreno en campaña electoral, a hacerse fotos con chalequitos de montería o safari, ya sea para vender macrogranjas o apagar incendios que han sido incapaces de prevenir por pura negligencia…