¿Que es la gentrificación?
La gentrificación se entiende como un fenómeno de elitización de un barrio, la inversión de un capital ajeno para la reconversión de un barrio humilde. Esta reconversión y “mejora” del barrio tendrá efectos tanto en la calidad y los servicios que se ofrecen como sobre el coste de vida de las personas que lo habitan. Buenos ejemplos son los barrios de la Barceloneta y el Born, en los cuales entre el 2000 y el 2007, los precios de la vivienda aumentaron hasta un 265%).
Este proceso, si concretamos en la ciudad de Barcelona, se esta dando actualmente en los barrios de Sant Antoni, Poblenou o Poblesec, y ya se han dado en el Raval, el Gótico y la Barceloneta.

Calle Blai, Poble Sec
La destrucción del patrimonio cultural
Así pues, nos encontramos con una situación en la que se modifica gradualmente el coste de la vida a la vez que se modifica también la expresión cultural del barrio. Tanto los viejos comercios (bares, tiendas, colmados), como las mismas redes vecinales, se verán sustituidas por locales de “brunch” y tiendas “vintage”.
La importación de la cultura “hipster”
La gentrificación suele acompañarse de la importación de una cultura “hipster” o “alternativa”. Los nuevos llegados buscarán la construcción de un barrio “alternativo”, llevando a cabo una fetichización de la pobreza. Para la construcción de un nuevo barrio, el hecho de que en un pasado haya sido humilde será parte de la idea que se quiere llevar a cabo, se busca la transformación de algo echado a perder en la que pueden construir un ocio “alternativo”. Además, la reconversión de un espacio que un pasado fue humilde, comportará unos costes de vida inasumibles para los antiguos habitantes que se verán desplazados, y con ellos la cultura de la comunidad.
El impulso del ocio destructivo
Sin embargo, bajo el disfraz de lo alternativo, no hay nada más que la perpetuación del ocio destructivo hegemónico. Se impulsará la construcción de bares, discotecas, locales y asociaciones cannábicas. Por poner un ejemplo, a día de hoy, en Poble Sec, la calle principal que tiene una longitud de 400 metros o 68 números, dispone de 42 bares con 37 terrazas.
Todo este abanico de nuevos negocios se desarrollan con el fin de atraer a un perfil turístico muy concreto. Un perfil de turismo basado en la bebida y las drogas, que lejos de construir una comunidad e insertarse en el tejido cultural de la ciudad, forman zonas con acceso “prohibido” para los ciudadanos.