El saber que con la crisis de 2008 y la actual la situación de miles de familias han ido a peor son hechos que no se le escapan a nadie, en el que familias se ven en dificultades para pagar sus necesidades más básicas y se ven asfixiadas por el paro y la temporalidad.
Donde toda la población ve que esto son grandes problemas, los medios hegemónicos del sistema tratan de endulzar la situación poniéndole un nombre en inglés, como si así por arte de magia estas desgracias pasasen a ser modas que las familias trabajadoras de España deciden seguir por voluntad propia. Hablamos de la romantización de la pobreza que realiza el medio por excelencia del Grupo Prisa, ‘El País’, cuyo máximo accionista es el banco Santander.
Dicho periódico ya nos sorprendió años atrás con el término “Friganismo: la última dieta hipster es coger comida de la basura” (no, no es broma, así era su titular) y ahora hace unos pocos días nos sorprendían con el término ‘job hopping’ la nueva tendencia laboral entre los jóvenes “cambiar de trabajo cada uno o dos años”, en el que traían testimonios de algunos jóvenes encantados de cambiar de puesto de trabajo con frecuencia, algo que obviamente no coincide con la realidad.
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En un país en el que la temporalidad alcanza el 30% y en el que parece que la situación económica de los jóvenes no va a ser la que desearían, siendo su mayor preocupación la precariedad y el desempleo, se ven obligados a aceptar cualquier tipo de trabajo, unos trabajos caracterizados por la precariedad y la temporalidad que les impide realizar sus planes a largo plazo.