La pandemia ha dejado una fotografía escalofriante del tejido productivo en España y una cosa es evidente: las empresas pequeñas de nuestro país han sido las mayores víctimas de esta gran crisis económica. El 99’7% de las 68.000 compañías destruidas por la pandemia tiene una plantilla inferior a los 50 trabajadores. Buena parte de las empresas afectadas corresponden al sector hostelero y turístico, lo que deja en evidencia lo delicado de la dependencia a estas actividades, y la desindustrialización del país.
El dato es refrendado por la situación crítica que sufren los autónomos en España. De esta forma, según los datos de empleo de noviembre, un 13% de cotizantes por cuenta propia tienen serios problemas para sustentar sus negocios. Un total de 430.000 trabajadores por cuenta propia solicitaron la ayuda por cese extraordinario de la actividad.
En este sentido, el sector hostelero perdió 3.152 autónomos afiliados a la Seguridad Social en noviembre, así, desde agosto son ya casi 12.000 pequeños negocios en el sector los que han cerrado por la crisis sanitaria.
Sin embargo, las empresas individuales han sido las peor paradas. Si en enero de 2020 había un total de 543.907 compañías con un solo trabajador inscritas en la Seguridad Social, a finales de octubre se encontraban registradas 496.119, un 9’6% menos que a principios del ejercicio.