El ministro marroquí de Exteriores, Naser Bourita, declaró ayer en una comparecencia restringida ante la prensa que la embajadora marroquí en España, Karima Benyaich, llamada a consultas el pasado martes a Rabat, “no regresará mientras dure la crisis, y la crisis durará mientras continúe su verdadera causa”, que es la entrada del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en territorio español “en condiciones indignas para un estado de derecho” y su no comparecencia ante la Justicia española.
De esta forma el gobierno marroquí busca presionar para que el gobierno español actúe contra el líder saharaui, tal como lo hizo en los pasados días con la avalancha migratoria sobre Ceuta, 8 mil llegadas en 48 horas.
Un problema para el cual Gobierno Español aprobó esta semana una ayuda de 30 millones de euros a Marruecos con los que contribuir a financiar el despliegue policial en la lucha contra la inmigración irregular en plena crisis, ante la pasividad de las autoridades del reino alauí.
La “justificación” del chantaje

Naser Bourita
Sobre esto Bourita dijo que se debió “a un contexto de fatiga del dispositivo policial marroquí tras las fiestas del fin de ramadán” pero también a “la inacción total de la policía española”, que según él se despliega a razón de un policía por cada cien agentes marroquíes en las zonas fronterizas.
Reacciones
Organizaciones políticas como el Frente Obrero España consideran el accionar de Rabat como un chantaje al gobierno Español. Mediante un comunciado han denunciado que el reino marroquí no sólo pide que España pague por cuidar sus fronteras, sino que exige lo mismo a la Unión Europea.
MOVILIZACIÓN CONTRA EL GOBIERNO DE MARRUECOS
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— Frente Obrero España (@frenteobreroesp) May 18, 2021
Por esta razón han convocado protestas a nivel nacional donde exigen que se respete la soberanía española, y que los gobiernos dejen de ceder ante éstos.