Juan Roig, máximo accionista de Mercadona, está de enhorabuena. La empresa es líder de facturación en el territorio español durante 2020, algo que no ocurría desde 2017. Aunque para algunas personas haya escaseado la comida durante la pandemia, la cadena de supermercados mantiene e incluso supera en un 5,65% las ventas que obtuvo en el año 2019. Los 24.500 millones obtenidos por la compañía valenciana consagran el ‘sorpasso’ a empresas como Repsol (17.088 millones) o Endesa (14.865 millones).
Sus beneficios también han crecido. Exactamente un 16,75% respecto al curso anterior, mucho más que las ventas. Estamos hablando de 727 millones de euros que superan su récord de 636 millones en 2016. El paso de la pandemia ha sido un mero trámite para los propietarios de Mercadona que a su vez también han obtenido otros 186 millones por ventas en Portugal.
Economía asimétrica
En contraposición, las ventas del pequeño comercio se han desplomado más de un 17% durante el mismo período. El sufrimiento de estas empresas durante el año de pandemia es claramente opuesto a la consolidación de supermercados como Mercadona, que han aumentado sus beneficios a pesar de los inconvenientes del confinamiento y las restricciones.
La capacidad de las grandes empresas para la optimización de las ventas ha sido una cualidad que no ha estado al alcance de la mayor parte de empresas minoristas de nuestro país. Las grandes entidades consiguieron acabar el año 2020 con un crecimiento del 2,8%, un dato antagónico al del pequeño comercio. Esto se suma al nuevo contrato que ha firmado Juan Roig con Glovo para introducir a Mercadona en la venta ‘delivery’.
Glovo y Lanzadera de Juan Roig se unen para “revolucionar” el delivery y la restauración https://t.co/TaP8rSXRK5
— Food Retail & Shoppers (@food_retail) April 27, 2021
El coronavirus ha dejado en España un panorama en el que las grandes empresas continúan utilizando sus privilegios para abrir aun más la brecha con las pequeñas empresas. Poco han importado las restricciones y los cambios en la vida de las personas, el capital sigue mandando por encima de las necesidades de la sociedad.