Ayer el militante de la organización política Frente Obrero, Alexandre Jordi Hoffmann recibió hasta tres sanciones administrativas por parte del Alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo. Dichas multas se deben supuestamente al grave desperfecto del mobiliario urbano y ascienden a 6 mil 750 euros.

Una de las pancartas colocadas por el Frente Obrero.
Las penalizaciones obedecen a la colocación de pancartas contra el político, al que la organización cataloga de simpatizante del franquismo al mantener el título de Hijo Ilustre a Juan March Ordinas, un empresario de la isla que financió el retorno a España de Francisco Franco durante la Guerra Civil.
“Las multas son totalmente injustificadas y sin ningún tipo de pruebas. El alcalde, en otra de sus actuaciones caciquiles quiere atacarnos políticamente”. Son palabras del propio militante acusado y sobre el que caen las sanciones. Joan Monjo, del PI, partido regionalista mallorquín, lleva un tiempo negando la capacidad de hacer política del Frente Obrero, y en este caso ha centrado su ataque contra la persona de Alexandre.
Un pase de factura
En julio de 2020, según lo dictaminaba la Ley de Memoria histórica, el empresario mallorquín debía perder su título de Hijo Ilustre debido a los vínculos financieros con el dictador. Sin embargo, la administración de Monjo optó por modificar al acta oficial, que databa del año 1956, para borrar las mencionadas conexiones y mantener el título.
A esto reaccionó el Frente Obrero en Mallorca, primero mediante al recolección de firmas para declarar al Alcalde persona non grata así como la colocación de las mencionadas pancartas y posteriormente una intervención en el plenario del ayuntamiento donde le increparon luego de que se les negara el uso de la palabra.
Ver esta publicación en Instagram
Una publicación compartida de Frente Obrero Mallorca (@frenteobrero_mallorca)
Casi un año después, y cuando el Frente Obrero empieza a ganar notoriedad debido a proyectos como la Esperanza Obrera, es que llegan las sanciones luego de que estas iniciaran trámite el pasado mes de abril.
“Se ha hecho evidente la capacidad que tenemos desde el Frente Obrero. Para un cacique como Monjo no es cómodo tener una organización así en el municipio y esta multa no es más que un intento desesperado de evitar que desarrollemos nuestra actividad. Si piensa que con esto va a pararnos va muy equivocado”, asegura Hoffmann.
El miedo de Monjo, la esperanza de los trabajadores
La notoriedad del Frente Obrero en la isla no es asunto baladí. El pasado mes de octubre, miembros del movimiento tomaron un local para covertirlo en la Esperanza Obrera (Inicialmente Casa Obrera). En este se desempeñan labores de solidaridad clase, como reparto de aliementos, refugio a familias trabajadoras, además de formación y organización de clases de repaso e inglés.
Imágenes del reparto de alimentos de ayer de la Esperanza Obrera. La solidaridad entre trabajadores es el único camino.
¡Viva la lucha de la clase obrera! pic.twitter.com/HogFqZ7FAH
— Esperanza Obrera Mallorca (@CasaObrera) April 27, 2021
Notoriedad y la organización que los políticos del sistema ven como amenaza, y que traen como ejemplo de consecuencia, las multas impuestas al militante.