El periodista español Pablo González fue apresado en Polonia el pasado 28 de febrero. Desde entonces, ha cumplido ya 65 días de prisión provisional en la prisión de Rzeswów. Sobre él caen acusaciones de supuestamente haber realizado actividades en pro de los intereses del gobierno ruso. La labor periodística de Pablo en los últimos años en el este de Europa y su nacionalidad rusa parecen ser motivo suficientes para la justicia polaca.
Pablo llevaba tiempo siendo pasto de espionaje y seguimiento por parte de las fuerzas de inteligencia ucranianas. Justo ahora, en un ambiente de tensión internacional sin precedentes en los últimos años, el gobierno polaco se ha tomado la justicia por su parte. Los delitos de los que se le quiere acusar podrían conllevarle hasta 10 años de prisión. A esto se suma, ningún tipo de garantía en los procesos judiciales por el momento, ya que la información que sale de Polonia es casi nula. De hecho, su abogado, Gonzalo Boye, prácticamente ni ha podido hablar con él. Pablo ha cumplido 40 años en prisión, con al parecer claras evidencias, de un gran deterioro de su estado físico.
Pablo González lleva 60 días privado de libertad, sin acceso a información sobre su causa, sin contacto con su familia ni con su abogado de confianza. Un ciudadano de la UE privado de sus derechos más elementales. #FreePablo
— Isabel Elbal Sánchez (@isaelbal) April 28, 2022
Ante esta situación teóricamente inverosímil, el gobierno de España no ha movido un dedo. Se antoja necesario recordar que Polonia es miembro de la Unión Europea, quien tampoco se ha pronunciado, donde la libertad de prensa es un derecho básico a cumplir. El ejecutivo de Sánchez ha sido incapaz de pedir responsabilidades contra el atropello realizado contra un ciudadano español. Al igual que hicimos en este medio hace ya casi dos meses, nos solidarizamos con Pablo González y su familia. Denunciamos la situación de injusticia que están sufriendo y pedimos libertad de prensa y opinión total y para todos.