En los últimos años se ha ido conformando una división entre el sector “radfem” y el sector “Queer” en España.
Sus barreras ideológicas están cada vez más presentes en la vida diaria dando lugar a un confrontamiento no solo de postulados ideológicos, sino entre organizaciones e incluso agresiones físicas.
Hace tiempo que se muestran públicamente sus desavenencias políticas, en 2018, la Asamblea Político Social de Izquierda Unida expulsó al Partido Feminista de Lidia Falcón de su formación, que había sido incluido apenas cinco años antes, por “diferencias ideológicas” respecto a los postulados trans.
Un par de años después, en la manifestación del 8M en Madrid, las feministas radicales que se manifestaban acusaron a integrantes del movimiento “Queer” de agredirles físicamente.
No es nuevo el enfrentamiento entre las liberales y las radicales dado que su pensamiento difiere en bastantes aspectos, estas últimas totalmente abolicionistas de la prostitución y la pornografía mientras que las primeras se muestran a favor.
El detonante de estas últimas agresiones ha sido la reciente aprobación de la nueva “Ley Trans” de Irene Montero. Se han convocado manifestaciones en todo el país, tanto a favor como en contra. En ellas, ambos colectivos se acusan mutuamente de agresión.
Lamentable que las feministas tengamos que soportar seguir agredidas por manifestar nuestra repulsa ante la ley trans.
Todo nuestro apoyo a @LauraStrego
Nos tenemos para lo que necesites aquí estamos. #26J #NoLeyesTrans #ContraElTerrorismoMachista#LeyAbolicionistaYa pic.twitter.com/JKOduOSeoR— RadFem Murcia (@RadfemMurcia) June 26, 2021
La principal diferencia respecto a la “Ley Trans” es la disconformidad de las feministas radicales respecto a la autodeterminación de género. Defienden que este “derecho” puede dar lugar al borrado de mujeres en distintos ámbitos, a la desprotección y a la pérdida de sus derechos y sus espacios.
A nadie le importa la orientación sexual del banquero que desahucia
El movimiento “Queer” español va a la deriva ideológica, está usurpando las instituciones y basa sus políticas en modas. Políticas perjudiciales para las mujeres, es el nuevo patriarcado, es la misma opresión de siempre con la cara lavada, pero a favor de la prostitución o los vientres de alquiler.
El capricho de una ministra ha demostrado que su ideología “minoritaria” puede ser más peligrosa de lo que parece y nadie, casi nadie, hace nada.
Su interseccionalidad no sirve para nada, solo perpetúa los roles de género y las relaciones de poder, no libera a nadie, solo fomenta una realidad inventada y se olvida de los conflictos de los trabajadores.
Ridiculizan la figura de la mujer:
en mitad de la calle en Mallorca, en bragas y gritando que soy nimfómana delante de una niña de 8 años super majísima pic.twitter.com/GjEOqCwN6f
— Samantha Hudson (@badbixsamantha) May 10, 2020
A pesar de los enfrentamientos entre ambos colectivos, la realidad es otra, sus políticas son inútiles. Creen que son revolucionarias y transgresoras. Piensan que lo que hacen sirve para algo, pero solo contribuyen a mantener el sistema, a mantener el rol de la mujer trabajadora oprimida y a olvidarse de sus derechos.
Creen que hacen algo, pero son las inútiles y vividoras de siempre.