Desde diversos sindicatos y plataformas advierten del estado “precario” de la sanidad catalana y denuncian que los recursos públicos se están destinando a servicios privatizados “de baja calidad”, sin mecanismos que delimiten en qué se está inviertiendo el dinero.
Recientemente se convocó una manifestación en defensa de una sanidad pública “de calidad” el domingo 3 de abril en Barcelona bajo el lema “#LaSalutNoEraAixò”.
“Necesitamos introducir un cambio de modelo que sea universal, 100% público, de calidad y basado en la atención primaria”, reclaman.
Entre las medidas exigidas, se incluyen revertir las privatizaciones, acabar con la precariedad laboral y reforzar la transparencia y la atención primaria.
El contexto en el que nos encontramos es que el sistema de sanidad catalán es un modelo de colaboración público-privado (proveniente de la Ley sobre habilitación de nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud, aprobada en los años 90 por el PP de Aznar, junto con PSOE y PNV) en el que el 50% del gasto de sanidad termina parando en manos privadas y a fondos de inversión, tal y como expuso una enfermera del CAP Besòs y presidenta del Fòrum Català d’Atenció Primària (FoCAP), provocando así que el sistema público de salud se esté deteriorando progresivamente.
Ejemplo de ello en Barcelona es la empresa privada Accent social, una empresa de Florentino Pérez que ha recibido varios contratos adjudicados por el Ayuntamiento de Barcelona.
Además, con motivo de estas movilizaciones, la portavoz de CATAC, Marina Roig, acusó al Departament de Salut de “aprovechar” el contexto de la pandemia para hacer un cambio de modelo sanitario, en la que se ha visto evidenciado los perjuicios de los recortes y privatizaciones de los últimos años.
De hecho, 3 de cada 4 centros sanitarios en España son o privados o bien concertados, proviniendo el 40% de sus recursos del gasto público.
Desde hace años se denuncia la externalización de estos servicios, lo cual afirman que provoca un aumento en el coste a las administraciones y a los usuarios, incrementando año tras año el precio de la hora de la prestación y prestando menos servicios finalmente.
En Sabadell se palpa la preocupación con la calidad y las condiciones en que se desarrollan algunos servicios municipales, que han sido externalizados a empresas privadas, cosa que ha aumentado considerablemente con el paso de los años, junto con la revitalización del debate y defensa de la municipalización de estos servicios.
El colectivo de trabajadoras del SAD de la ciudad están preocupadas dado que la empresa vigente en su momento Pere Mata S.A., como las otras que se pueden presentar en el futuro, solo les interesa sus beneficios, en detrimento de las condiciones laborales de las trabajadoras. “También queremos dejar patente que hace años luchamos para la Municipalización del SAD, exponiendo al Departamento de Acción Social Ayuntamiento su viabilidad y no lo ven claro” expresó Rosa Salido, una de las trabajadoras.
“Para nosotros la municipalización del SAD va ante todo porque, ¿qué pasa con las trabajadoras del SAD externalizadas? Que no formamos parte de un equipo multidisciplinario, trabajamos solas en domicilios, casa por casa y estamos en la calle” expresó en una entrevista en el Diari del Treball.
Concentración de la Plataforma en Defensa dels Serveis Públics en Barcelona, 2021
Este año el Ayuntamiento de Terrassa rechazó municipalizar ese servicio (basándose en un informe técnico) frente a la postura de la Xarxa SAD Terrassa, que mantiene su consideración acerca de que la municipalización “es la única manera de conseguir un servicio público de atención justo, ético, seguro y de calidad”.
Concentración en Terrassa exigiendo la municipalización del SAD, 2021.
Las empresas a las cuales el Ayuntamiento externalizó el servicio se tratan de “empresas que operan en bolsa y con ninguna voluntad o vocación de atención a las personas. Han demostrado sobradamente su ineficiencia en la prestación del servicio, puesto que además de la precariedad laboral a la cual someten las trabajadoras, las personas usuarias sueño tratadas como un objeto mercantil más, ignorando sus patologías y necesidades especiales y diversas” , afirman.
