La junta militar de Myanmar continuó ayer sábado la represión contra las protestas de civiles en una nueva jornada trágica que se saldó con al menos seis personas muertas y otras decenas resultaron heridas, mientras se reportan detenidos en varias ciudades.
Las fuerzas de seguridad disolvieron la protesta de Mandalay con la utilización de fuego real y, además de causar algunas muertes, hirieron a al menos 15 personas, incluidos monjes budistas que participaron en la manifestación, de acuerdo a fuentes del Movimiento de Desobediencia Civial, citados por la agencia española EFE.
Cuatro personas murieron en Mandalay, la segunda ciudad del país, después de que las fuerzas de seguridad disolvieran una manifestación utilizando munición real, mientras que testigos confirmaron la muerte de un manifestante en un hospital de la ciudad de Pyay.
La Red para la Documentación de los Derechos Humanos en Myanmar tras la violencia de este sábado expresó a través de una publicación en Twitter:
“Estamos perdiendo más vidas hoy. Ataques sin sentido y desalmados de los militares que tratan de disminuir el poder del pueblo. El mundo está asistiendo al ataque ilegítimo del Gobierno de la Junta contra sus propios ciudadanos. Debe haber una acción internacional”.
Las cinco muertes se producen en una nueva jornada de protestas masivas por todo el país contra el control del Gobierno asumido por los militares el pasado 1 de febrero y tras una noche trágica en Rangún, la ciudad más poblada, con al menos tres fallecidos en dos manifestaciones.
En otra manifestación en el distrito Hlaing de Rangún un estudiante de 18 años falleció de un disparo en la cabeza en una confrontación con la Policía.
Let the whole world know this is how our people respond to gunshots and terror.
They charge into the fire, unprotected and unarmed, to save one another. No weapon, no military, and no dictator will ever change who we are.
WE ARE MYANMAR ✊🇲🇲 pic.twitter.com/8qMEaPpAAu
— Soup Not Coup 🍜🇲🇲 (@SoupNotCoup) March 13, 2021
Luego de los altercados nocturnos, el movimiento de desobediencia civil contra la junta militar había hecho este sábado un llamamiento en las redes sociales para replicar las protestas multitudinarias en las principales ciudades del país.
Hasta el momento, la junta militar liderada por Min Aung Hlaing ha hecho oídos sordos a las condenas de la violencia de la comunidad internacional, incluido el Consejo de Seguridad de la ONU, y las sanciones que han aprobado algunos países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido o Corea del Sur, que esta semana anunció que suspenderá sus exportaciones de armas a Myanmar.
Los uniformados justifican el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la depuesta líder Aung San Suu Kyi y que fueron calificados de legítimos por los observadores internacionales.