Tenía 17 años, era 2011 y como todos los años fuimos a pasar los meses de veranos con mi familia materna en Homs, Siria, la ciudad de mi madre.
Por varias circunstancias mi madre salió de Siria en los años ochenta y vino a España a estudiar, donde conoció a mi padre, que es español. Varios años después, se casaron y nos tuvieron a mí y a mi hermano, aquí en España.
Hay amigos míos aquí que en verano se iban de la ciudad al pueblo, no tan lejos, con sus abuelos. Pero a mí me tocó una familia en la que los veranos, en vez de coger el coche, cogíamos el avión para ver a mi familia materna.
De los meses de veranos de mi infancia y mi adolescencia tengo los mejores recuerdos que cualquier persona puede soñar. Mis abuelos, mis primos, mis amigos; todo allí. Todos los años deseando que llegaran esos meses para poder escaparme del instituto e irme allí.
Con 17 años no me podía imaginar que ese verano iba a ser el último que iba a pasar en el país de mi madre.
Yo era un niño, con 17 años yo no era más que un niño mimado. Pero eso se acabó en pocos meses. Ya vino todo lo de después. Empezó la guerra, y con ella los problemas, las llamadas, los cortes de luz allí durante días… días en los que no podía saber nada de mis abuelos, mis primos ni mis amigos. Se acabó.
Homs es la ciudad más destrozada en la guerra, en concreto nuestro barrio, Al-Hamidye, el barrio de la comunidad cristiana. Lo que pasó en nuestro barrio fue criminal, por parte de todos los implicados. Nuestro barrio se convirtió en campo de batalla. Mi familia está bien, salió bien de ahí. Dos amigos míos no tuvieron la misma suerte.
También en el pueblo Om-Sharshouh, en la provincia de Homs, hubo problemas. Allí sí llegó el Estado Islámico; dejaron la casa de mi abuelo en ruinas y todo mi pueblo y las iglesias en ruinas. Eso no fue un campo de batalla, eso fue una demolición organizada.
Con el paso del tiempo he ido aprendiendo. ¿Quién tiene la culpa? ¿Cómo se podría haber evitado esto? ¿Por qué ha pasado esto? Preguntas que se han podido ir respondiendo con el paso del tiempo. Al fin y al cabo ¿qué era Siria? Un país con bases militares rusas, dependiente económicamente de Rusia y de China, sin industria, sin infraestructura, dependiente de la agricultura y del turismo. Era el país más turístico de la zona, más incluso que Jordania, pero como sabemos un país no puede depender de esto.
La realidad es que Siria no tenía producción propia ni industria, y no tenía ni soberanía ni independencia. Por tanto, no tenía un lugar en el mundo desde el que hacerse respetar. Además, gobernado por una ideología nefasta que ha dejado vendido al país al extranjero, una ideología que proclama que el marxismo-leninismo no puede aplicarse al pueblo árabe «por estar en la genética del pueblo árabe ser comerciante». Sólo por ser empresario se entraba en el gobierno, así fue como entró en el gobierno sirio un espía israelí, haciéndose pasar por empresario. Un país así ¿cómo va a proteger a su propio pueblo si le abre las puertas al enemigo sionista?
De esto lo que he aprendido es que necesitamos una España industrializada, soberana, con independencia y fuerza para tener un lugar desde el que hacerse respetar en el mundo. Siria tenía gas y petróleo y una posición estratégica, pero ¿Afganistán qué tiene? Sólo una posición estratégica. España también tiene una posición estratégica, ¿qué no va a pasar si se encuentran aquí algún mineral o gas o petróleo? Ya sólo por nuestra posición estratégica estamos todos expuestos.
Sólo mediante el marxismo-leninismo un país puede garantizar su supervivencia, un pueblo debe ser capaz de tomar las riendas y hacerse respetar desde una posición fuerte en el mundo.
Especial dedicación al Camarada Martos por haber luchado contra el Estado Islámico. Mi familia y yo le apreciamos. Dedicación a todos mis camaradas.
Alasfur.