En estos días ha tenido lugar, al igual que el resto de años las celebraciones del mes del orgullo gay, en el que hemos podido observar como desde todos los grandes medios hacían de altavoz de esta celebración, y cómo no, hemos podido ver también como las empresas enfocaban sus anuncios con esta temática.
Al igual que el resto de años, se han hecho campañas desde las instituciones, como por ejemplo las anécdotas que cuentas desde la Policía Nacional y la Guardia Civil de miembros transexuales, gais y lesbianas, y por otro lado en empresas a personas de este colectivo que ocupan determinados cargos, dejando totalmente de lado sus aptitudes y exponiendo su orientación sexual como si eso fuese lo realmente determinante.
Año tras año tratan de vendernos que el día del orgullo gay es una especie de revuelta contra el sistema, hay incluso quienes lo tildan de lucha anticapitalista, pero nada más lejos de la realidad
Año tras año tratan de vendernos que el día del orgullo gay es una especie de revuelta contra el sistema, hay incluso quienes lo tildan de lucha anticapitalista, pero nada más lejos de la realidad, si acudimos por ejemplo a la página web de “Madrid orgullo” podemos ver que entre su larga lista de patrocinadores se encuentran empresas como Coca-Cola, Heineken, El Corte Inglés, y como colaborador institucional al propio Ayuntamiento de Madrid, dejando claro que esto no es nada revolucionario, sino que es un negocio más del sistema, y no es de extrañar, ya que según un informe de Credit Suisse dice que si el colectivo LGTBI fuese un país, éste sería la cuarta economía mundial.

Las multinacionales promueven la celebración.
El orgullo gay no tiene nada de revolucionario, es una herramienta útil de las multinacionales y de las instituciones para poner todo el foco de atención en algo puramente personal como es la orientación sexual de cada uno, a la vez que obtienen grandes beneficios e intentan que se deje de lado la cuestión verdaderamente relevante, la de clase