La industria cultural y sobretodo la industria cinematográfica se centra en crear mundos alternativos en los que confiemos y creamos que mantenemos el control sobre nuestras vidas, nuestros gustos, y sobretodo nuestros principios. Hollywood es la mayor industria cinematográfica que existe y ha existido en el mundo y con su desarrollo han evolucionado las formas de hacernos creer que vivimos en una falsa y placentera realidad que además guía hasta nuestras reivindicanciones.
Ya lo vemos desde hace unos años, y es bien sabido que el feminismo, la cuestión queer, la identidad racial y el ecologismo son temas cada vez mas candentes en la sociedad. Las multinacionales han utilizado estas luchas y las han guiado hasta convertirse en modas perfectamente controlables a sus intereses, mientras el consumidor que cree y lucha por estas reivindicaciones parece querer hacer oídos sordos y ve como un avance el apoyo de las grandes empresas, llegando a creer que se está armando la gran revolución. Con esto Hollywood no iba quedarse al margen y desde hace años vemos cómo ha ido evolucionando este panorama de las grandes luchas controladas en el cine.
Al igual que un género se pone de moda, las series de narcos copan los números uno y las comedias románticas son un género que siempre triunfará, Hollywood, junto con las grandes empresas, establece unas luchas que son reivindicables y por tanto aceptable pero siempre atendiendo a sus normas, estas luchas acaban convirtiéndose en luchas completamente controlables, pasivas y que en el fondo no hacen temblar ninguno de los cimientos de nuestra sociedad si no que más bien sirven como cortina de humo para que la sociedad crea que las cosas están cambiando y que se han conseguido grandes avances en las bases de la sociedad, cuándo realmente nada está cambiando.
Además las grandes multinacionales así como Hollywood y la industria cultural en general, las utilizan como objeto de captación de nuevo público o de aumento de este ya que es algo que gusta, que esta de moda y que la gente empieza a valorar más en esas plataformas que en su vida real o en su entorno, creyendo que como en las películas ya hay protagonistas gays, o se habla del problema de género están solucionando los problemas en la sociedad. Por esto cada vez vemos más películas sobre temas queers, sobre la mujer o encontramos un apartado por ejemplo en Netflix titulado “Películas en las que una persona racializada es la protagonista”.
Hoy en día el control de estas luchas ha llevado a una dictadura de lo políticamente correcto y todas las películas, productos, o elementos culturales deben seguir las normas de estas luchas, dictando que tipo de contenidos puede mostrarse y cuales no. Así vemos como las mujeres nunca pueden ser derrotadas, ni pueden aparecer en una película sin llevar la razón sobre cualquier tema y mucho menos ante la opinión de un hombre.
Todo esto ha echo que la industria cree una burbuja en la que supuestamente la sociedad ha avanzado en pequeñas luchas que en el fondo no contienen ningún avance real en la sociedad y mucho menos si únicamente se ven reflejados en la pantalla.
Muchas seguidores de cualquiera de estas luchas dirán que esto es un avance y que no lo hacen para aumentar su capital si no porque realmente la industria cinematográfica se han dado cuenta de la importancia que tiene enseñar estos puntos de vista y por el avance social. Pero en el fondo sabemos que ninguna industria dejaría que sus cimientos tambalearan y que hoy en día todas estas luchas están de moda y como una moda pasarán y se crearán otras que servirás para alienar a la sociedad y hacerla creer que está luchando por algo que merece la pena y que puede cambiar las cosas.